(Por Sebastián Berstein*) Como se ha comentado, la licitación de suministro eléctrico a las distribuidoras del Sistema Interconectado Central (SIC) que culminó en diciembre pasado, tuvo resultados muy positivos: se cubrió la totalidad de los requerimientos de las distribuidoras para el horizonte 2016-2020, a precios que siendo todavía relativamente altos a nivel internacional, son de todas formas 15% inferiores a los obtenidos en licitaciones anteriores. Por otra parte, se logró atraer a inversionistas nuevos al SIC, como los son E-CL, la estatal Eléctricité de France y la gasera Cheniere, primer exportador de shale gas de Estados Unidos. Finalmente, se contó con ofertas significativas y a precios relativamente bajos de bloques de energía eólica y solar. Debe destacarse aquí la aceptación a un precio competitivo de una planta solar con tecnología de acumulación presentado por Abengoa, que le permite funcionar prácticamente en forma continua a lo largo de 24 horas, y que podría significar un vuelco importante en la evolución de nuestra matriz energética futura.
Este positivo resultado debe atribuirse, en buena parte, a la gestión del ministro Máximo Pacheco y al equipo de la Comisión Nacional de Energía (CNE). En efecto, el Ministerio y la CNE efectuaron un completo rediseño de las bases de licitación de las distribuidoras tendientes a bajar el riesgo comercial para los oferentes, lo cual creó un ambiente favorable para que nuevos entrantes pudieran entrar al mercado; paralelamente, las autoridades realizaron una fuerte campaña internacional para atraer nuevos inversionistas.
El ministro Pacheco señaló recientemente que estas licitaciones significan el “fin del frenazo en las inversiones de energía”. ¿Se habrá logrado este objetivo? Pienso que en buena medida sí, pero existen problemas aún no resueltos. Las oposiciones sociales (síndrome NIMBY-“not in my backyard”) siguen frenando el desarrollo de la generación y de líneas de transmisión. Ello aún cuando los impactos ambientales aparezcan debidamente mitigados y compensados a través del Sistema de Evaluación Ambiental. Por de pronto, debe destacarse el prácticamente nulo aporte de la hidroelectricidad en esta licitación: 70% de la energía licitada provendrá de centrales termoeléctricas. Esto se debe a las oposiciones sociales y a la judicialización, que se han convertido en freno al desarrollo hidroeléctrico, a pesar de ser un recurso económico y abundante, y que los embalses son la solución para absorber la intermitencia de las fuentes solares fotovoltaicas y eólicas. Por otra parte, el proyecto de Eléctricité de France no cuenta con aprobación ambiental y está enfrentando una fuerte oposición, lo que pudiera ser una amenaza a su viabilidad. En el caso de la transmisión, las obras en curso de Santiago al norte están enfrentando fuertes oposiciones. ¿Cómo resolver el síndrome NIMBY y alinear los intereses de la comunidad con los proyectos? Mecanismos de asociatividad y participación en los beneficios de los proyectos pueden ser un camino para lograr este objetivo.
*Ex secretario ejecutivo Comisión Nacional de Energía y coautor de la ley de gas.
