Alieto Aldo Guadagni*

Hoy se cerraron más de 54 mil jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias, institutos superiores terciarios técnicos y docentes y las universidades, ya que rige un feriado sin ninguna conmemoración. Esto significa que más de uno de cada tres argentinos no puede tener clase para mejorar sus conocimientos, ya que son más de 14 millones de alumnos los afectados por este cierre.

Nuestro calendario escolar es ya uno de los más cortos del mundo, sin contar estos feriados puentes añadidos. Insistimos en cerrar escuelas, pese al bajo nivel educativo de nuestros adolescentes según lo evidenciado por la Prueba PISA del 2012, ya que ocupamos el lugar 59 entre 65 naciones y en América Latina estamos detrás de Chile, Costa Rica, México, Uruguay y Brasil. Es preocupante que de cada 100 adolescentes argentinos 66 no saben matemática, cuando este bajo nivel afecta apenas a 23 cada 100 en el conjunto de países.

En el nivel primario la situación no es mejor, ya que según UNESCO, que difundió los resultados de la prueba TERCE del 2013, nuestros niños de tercer grado primario tienen menos conocimientos en Lenguaje que los niños de Chile, Costa Rica, Uruguay, Perú, México, Brasil, y Colombia. Cuando se tomó esta primera prueba en América Latina en 1997, ocupábamos el segundo lugar, superados únicamente por Cuba (que ahora no participo en la TERCE). Son demasiados los días en los cuales nuestras escuelas, especialmente las estatales adonde acuden principalmente los niños pobres están cerradas. Por ejemplo, los niños chilenos tienen 1083 horas anuales de clase, los cubanos 1000, los peruanos 900, los mexicanos 800 y los paraguayos 773.

Nuestro calendario legal con apenas 720 horas anuales es uno de los más cortos del mundo, y además frecuentemente se acorta por conflictos y feriados. Abundan los que miran para otro lado y no reaccionan ante esta realidad, pero los que si reaccionan son los padres de los alumnos muchos de ellos humildes, en un verdadero éxodo masivo de la escuela pública. En el 2013 se matricularon en la primaria estatal 382.000 niños menos que en el 2003, una importante disminución del 10 por ciento. Este éxodo es mucho más pronunciado en el primer grado estatal, ya que en el 2013 se matricularon en este grado casi un 20 por ciento menos que en el 2003. Hay provincias, como Santiago del Estero, Chaco, Misiones, Catamarca y Formosa donde la caída en esta matriculación en primer grado supera el 33 por ciento.

Estamos en presencia de un hecho inédito, ya que desde la sanción de la ley 1420 en 1884, nunca había caído antes la matricula publica en la escuela primaria. Sancionamos buenas leyes pero no se cumplen, por ejemplo, se estableció en el 2005 que hacia el 2010, 30 de cada 100 niños en escuelas primarias estatales debía estar beneficiado por la jornada escolar extendida. En el 2013 este beneficio solamente llega a menos del 10 por ciento de los niños, esta carencia es grave en el Conurbano Bonaerense, donde apenas se benefician 2,2 niños cada 100. En el nivel secundario la deserción es muy alta, por eso nuestra graduación es escasa. Baste decir que nuestra graduación está por debajo de Perú, Chile, Cuba, Colombia, Bolivia, Costa Rica, Paraguay, Ecuador, El Salvador y México. De cada 100 niños que ingresan al primer grado estatal, no concluyen la escuela secundaria nada menos que 74.

Ante este panorama crítico, pero no asumido por quienes gobiernan, cerrar las escuelas con feriados “puente” compromete aún más el futuro de los niños porque se les niega su derecho a aprender. Estos feriados puente debilitan un calendario escolar que en nuestro país es muy corto, cuando se lo compara con el resto de los países latinoamericanos.

Un gobierno que se preocupa en serio por el bajo nivel educativo de sus estudiantes, que seguramente compromete su futuro laboral, no crea feriados que exigen el cierre de todos los institutos educativos y deja sin los beneficios de la enseñanza a 14 millones de argentinos.

Las autoridades están negando a los niños y adolescentes un derecho básico. Como este derecho además esta vulnerado por el frecuente cierre de escuelas estatales por conflictos salariales, que castiga principalmente a los alumnos humildes, estamos construyendo aceleradamente una sociedad cada vez más desigual y excluyente y con menos conocimientos.

*Ex secretario de Energía. Miembro de la Academia Nacional de Educación